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La revolución digital de la sanidad sigue avanzando a toda máquina. La disponibilidad de grandes volúmenes de datos facilita los estudios de población a mayor escala. Ahora, la inteligencia artificial y los enfoques algorítmicos pueden detectar patrones que el cerebro humano pasaría por alto. Las herramientas digitales aumentan la eficiencia entre los distintos sectores, incluido el de la sanidad. Estas cuatro herramientas clave son prometedoras para simplificar el proceso de los ensayos clínicos y ampliar el acceso de los pacientes, con independencia de su ubicación.
Estas son las cuatro herramientas digitales que ayudan en el proceso de los ensayos clínicos.
Según PwC, casi la mitad de los habitantes de EE. UU. poseen un dispositivo de este tipo, la mayoría en forma de pulsera fitness. El uso de este tipo de dispositivos en ensayos clínicos se ha convertido en algo habitual, tanto que existen clasificaciones para los responsables de los ensayos clínicos que se basan en la accesibilidad de los datos y la capacidad de relacionar la información con un determinado paciente.
Los dispositivos que se llevan puestos son una opción sencilla para el examen del paciente previo a la inscripción y para hacer un seguimiento de su estado de salud y de sus comportamientos. Por ejemplo, si un estudio depende de que los pacientes lleven un diario de actividades, se basará en la capacidad de los participantes para realizar dicha tarea de forma regular. Sin embargo, al utilizar este tipo de dispositivos para recopilar información de forma automática, los participantes pueden comportarse con normalidad sin necesidad de estar pendientes. No tienen que acordarse de registrar mediciones de forma activa, por ejemplo, su frecuencia cardíaca o los minutos que dedican a hacer ejercicio. Como ventaja añadida, este método de medición automatizado podría disminuir la sensación de ser observado que tiene el participante de un ensayo. Y esto podría provocar que los participantes mostrasen menos cambios en sus comportamientos.
La enorme cantidad de información que generan estos dispositivos permite alimentar una de las herramientas más valiosas del sector de la sanidad: la inteligencia artificial.
La inteligencia artificial o IA puede influir en cada una de las partes de la fase del ensayo clínico. Por ejemplo, los algoritmos pueden analizar las poblaciones de pacientes y sugerir qué factores relacionados con la salud se deben controlar. Pueden analizar moléculas teóricas frente a vectores de enfermedades. Además, pueden analizar la probabilidad de que determinados participantes completen un ensayo, evaluar los resultados de estudios e incluso ayudar con la traducción de esos resultados para darlos a conocer en todo el mundo. Todo esto es posible gracias a la disponibilidad de grandes cantidades de datos. A medida que los historiales médicos electrónicos y estos dispositivos están cada vez más conectados, la aplicación de la inteligencia artificial puede permitir que cada paciente obtenga una visión más completa y personalizada de su salud.
La inteligencia artificial también impulsa muchas de las aplicaciones que son cada vez más importantes para la gestión y administración de los ensayos clínicos.
Quizá en la pantalla de un teléfono inteligente resulte más obvio el planteamiento digital de la salud. Desde esas pantallas, puede (literalmente) tener su salud en las manos. Olvídese de trasferir su historial médico en grandes carpetas de archivos; ahora, con unos cuantos clics, todos sus médicos podrán consultar su historial, ver su medicación y analizar las tendencias de su estado de salud. La naturaleza eminentemente portátil de las aplicaciones facilita el establecimiento de la correspondencia entre paciente y ensayo, y simplifica el acceso a los resultados comunicados por el paciente.
Esto es especialmente cierto para aquellos pacientes que se encuentran en zonas apartadas y que, de otro modo, no podrían participar en ensayos clínicos. Las organizaciones farmacéuticas, las empresas de biotecnología y los médicos pueden comunicarse con sus pacientes y posibles participantes de ensayos por vía electrónica a través de aplicaciones. De este modo se puede ahorrar tiempo y dinero en desplazamientos y se pueden simplificar los mensajes de recordatorio para los participantes en un ensayo.
Una vez que los pacientes hayan terminado de utilizar las aplicaciones de salud en sus dispositivos móviles, pueden pasar rápidamente a las redes sociales para compartir sus experiencias. Allí, su franqueza y participación puede ser una mina de oro para el mundo de los ensayos clínicos.
La conectividad propia de las redes sociales abre un sinfín de posibilidades para los reclutadores de ensayos clínicos, especialmente para aquellos que trabajan con enfermedades raras. Además, se trata de un medio muy cómodo para formar tanto a los participantes de los ensayos como a otras comunidades de pacientes. No debe pasarse por alto la importancia de las redes sociales como plataforma de contenido educativo (especialmente para los milenials). Según PwC, el 40 % de los consumidores afirman que el contenido de las redes sociales influye en su forma de gestionar su salud y el 90 % de quienes tienen entre 18 y 24 años confía en la información médica que comparten las personas de su franja de edad.
El seguimiento de las conversaciones en redes sociales sobre un fármaco o un ensayo también puede proporcionar información que los pacientes no pensaban compartir con sus médicos o responsables del ensayo. Este tipo de pruebas reales son importantes para mantener la seguridad y, en ocasiones, son requeridas por las organizaciones de supervisión. Por este motivo, los esfuerzos por cumplir la normativa pueden exigir vigilancia farmacológica en redes sociales.
Las ventajas que ofrecen los grandes volúmenes de datos y las nuevas formas de comunicación digital van acompañadas de los obstáculos cada vez más estrictos en materia de cumplimiento. Por suerte, puede encontrar ayuda en un socio experto, para que sus ensayos clínicos puedan beneficiarse de los avances tecnológicos más recientes con la tranquilidad de que son adecuados desde el punto de vista ético y legal. Puede obtener más información en Lionbridge Life Sciences.