De estar preocupado a estar convencido

Las dudas sobre la vacuna como una amenaza global para la salud

¿Cuántas personas en verdad desconfían de la vacuna contra la COVID-19? ¿Por qué?

La campaña de vacunación continúa avanzando en todas las regiones. La campaña de vacunación contra la COVID-19 es, sin lugar a dudas, una iniciativa compleja y de gran magnitud, teniendo en cuenta la escala y la complejidad de las actividades. Esta campaña debe sortear obstáculos de diferentes índoles; por un lado, por ejemplo, requiere una coordinación de logística para mantener la cadena de suministro en frío y, por el otro, un número cada vez mayor de personas que no desean vacunarse.

En algunas publicaciones recientes, se ha puesto el foco en el sentimiento público con respecto a la aceptación de la vacuna del coronavirus en diversos países. En un informe sobre políticas del equipo de Ciencias Sociales de RECOVER, en colaboración con el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades, se explica lo siguiente: «las dudas sobre las vacunas son sorprendentes» en los siete países en los que se realizó el estudio (Francia, Alemania, Bélgica, Italia, España, Suecia y Ucrania).

En el Reino Unido, la Oficina Nacional de Estadísticas publicó datos recopilados a partir la encuesta Opinions and Lifestyle Survey en la que se demuestra que, aproximadamente, 1 de cada 20 adultos declaró tener una opinión negativa sobre la vacuna contra el coronavirus.

En EE. UU., los resultados de la encuesta realizada por el centro Pew Research Centre indicaron que alrededor del 30 % de los encuestados (10 121 adultos) actualmente no planean vacunarse contra la COVID-19.

En los países encuestados, las causas más frecuentes por las cuales dudan de la vacuna son los efectos secundarios, la efectividad, los posibles efectos en el largo plazo sobre la salud, así como inquietudes relacionadas con su rápido desarrollo.  

Cabe destacar que la desconfianza sobre la vacuna no es única ni específica de la vacuna contra la COVID-19. Este fenómeno ha ido creciendo firmemente en todo el mundo, hasta tal punto que en 2019 la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo declaró una de las principales amenazas para la salud en todo el mundo.

La desconfianza sobre la vacuna se presenta por varias razones. Para algunas personas, puede ser una cuestión de confianza (o, más bien, de desconfianza) en las autoridades de salud pública y la industria farmacéutica. Para otras, puede ser la falta de información sobre la vacuna y el proceso de vacunación al que se accede fácilmente y es muy sencillo de comprender.

¿De qué manera los fabricantes de vacunas comunican a la población la información esencial acerca de las vacunas contra la COVID-19?

La fuente principal de información acerca de la vacuna es el material específico del producto suministrado por cada fabricante de la vacuna. En la información específica del producto, se incluyen recomendaciones acerca de cómo y cuándo se debe administrar la vacuna, las advertencias, las condiciones de uso y los efectos secundarios conocidos. Las autoridades regulatorias requieren que la información específica del producto destinada a quienes administran y reciben la vacuna esté revisada y aprobada por las autoridades pertinentes, a fin de autorizar el producto.

La información específica del producto tiene distintos nombres, en función de la jurisdicción que le corresponda. Por ejemplo, la Administración de Medicamentos y Alimentos de EE. UU. exige proporcionar «etiquetas autorizadas», que incluyen «Hojas de información» para los proveedores de atención médica que administran las vacunas, para quienes las reciben y para los cuidadores, respectivamente.

La Agencia Europea de Medicamentos solicita proporcionar un «folleto en el envase» para el público y un «resumen de las características del producto» para los profesionales de la salud.

La nueva información que se proporciona al organismo regulatorio pertinente se debe revisar y actualizar constantemente con respecto a la información específica del producto, según sea necesario.

La información aprobada del producto se suele utilizar para elaborar material instructivo y educativo. Este material puede estar disponible en el sitio web del fabricante o a través de otras fuentes.

El material con información sobre el producto tiene como finalidad brindar instrucciones oficiales. Sería imposible evaluar simplemente la accesibilidad (o no) y la utilidad (o no) de estos materiales para el público durante la campaña de vacunación. Esta evaluación es particularmente difícil porque los organismos reguladores han permitido cierta flexibilización en los requisitos de etiquetado y envasado, a fin de facilitar una rápida distribución de las vacunas contra la COVID-19.

Las investigaciones futuras sobre estos temas pueden ayudar a seguir adaptando estos materiales, en particular teniendo en cuenta los desafíos singulares relacionados con la comunicación sobre las vacunas que se ofrecen en virtud de una autorización de uso de emergencia o aprobación condicional, así como la aceptación de estas vacunas en la población.

¿Qué pasos han tomado las autoridades sanitarias y las empresas farmacéuticas para abordar la desconfianza a las vacunas contra el coronavirus?

Las autoridades sanitarias han implementado una serie de estrategias diseñadas específicamente para los profesionales de la atención médica y el público en general, a fin de abordar la desconfianza en la vacuna y respaldar la vacunación. Esto incluye promociones en las redes sociales, conseguir el apoyo de líderes religiosos, implementar programas de capacitación y otorgar subvenciones para investigaciones (JITSUVAX; VAX-TRUST).

En el caso de las empresas farmacéuticas, captar el interés del público general o los profesionales médicos en las actividades comunicativas y educativas es un esfuerzo muy complejo. El trabajo está plagado de riesgos, por ejemplo, incumplir regulaciones aplicables a la publicidad, el marketing y la protección de datos. En un sentido más amplio, este interés es posible a través de un «patrocinio indirecto» por vía de subvenciones proporcionadas a las organizaciones de atención médica.  

Las subvenciones para la educación sirven para respaldar el desarrollo y el suministro de programas o iniciativas avocados a informar a la población. Las regulaciones y los códigos de práctica de la industria con respecto a las subvenciones educativas son muy estrictas, lo que garantiza que las empresas farmacéuticas no tengan ningún control o influencia sobre esas iniciativas y programas.

Un buen ejemplo de patrocinio indirecto es la reciente Solicitud de propuesta para una subvención para fines relacionados con la educación médica de Pfizer. La solicitud de propuesta busca a aquellos candidatos que pueden desarrollar programas educativos orientados al paciente, diseñados para que la población en general pueda comprender con mayor profundidad y se familiaricen con la pandemia y la vacunación contra la COVID-19. Esta solicitud de propuesta tiene un interés particular en los programas educativos que se centran en llegar a las comunidades con bajos recursos sanitarios, así como a cualquier otro sector con deficiencias en la vacunación. Para alcanzar estos objetivos, se pueden aplicar algunas técnicas, por ejemplo, modificar los recursos educativos ya existentes y transformarlos en formatos fáciles de usar y fáciles de acceder (por ejemplo, con aplicaciones móviles), y modificar y traducir los materiales educativos actuales a otros idiomas e implementarlos en distintas geografías.

Cómo elegir el mejor enfoque para afrontar la desconfianza en la vacuna

Las investigaciones realizadas en la Facultad de Medicina de Waterloo (Ontario) sugieren que al interactuar con personas que no confían en la vacuna, alejarse de la idea de que hay solo dos resultados posibles (es decir, una persona que acepta o no la vacuna) es menos efectivo que centrarse en influenciar positivamente a aquellas personas abordando sus inquietudes y apoyándolas para que tomen decisiones informadas sobre la vacuna a su tiempo.

De hecho, una campaña de vacunación es un ecosistema dinámico y complejo, el cual abarca un espectro amplio de participantes y sus motivaciones individuales, además de conductas con respecto a la salud e influencias. La confianza mutua y la comunicación efectiva entre estos participantes (o la falta de estos) puede permitir que la campaña alcance el éxito (o el fracaso).

Los mensajes adaptados a poblaciones específicas, la transparencia en la información que se comparte, una actitud abierta para comprender las inquietudes detrás de la desconfianza en la vacuna, y sensibilidad y paciencia en abordar esas inquietudes, han demostrado ser factores esenciales para generar confianza en el público con respecto a la vacuna y para abordar la desconfianza.

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