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En estos momentos, el término «globalizarse» está de moda y seguro que ya lo ha oído. Durante años, la idea de globalización (de promulgar prácticas empresariales que le permitan conectar de una forma más eficaz con clientes y socios de todo el mundo) ha estado en nuestro radar colectivo.
Antes, para las empresas ambiciosas, la globalización era una herramienta de acceso a uno o más mercados internacionales. Pero, con los años, el auténtico significado de «globalizarse» ha cambiado. Ha pasado de ser una mera recomendación a convertirse en una necesidad absoluta.
¿Qué hizo que las empresas abordaran de forma proactiva el tema de la expansión y la interacción a nivel internacional? En pocas palabras: la nueva tecnología. Las rápidas innovaciones y mejoras tecnológicas han ampliado el número de redes sociales y profesionales a un ritmo sin precedentes y de forma ilimitada. Como resultado, el acceso a un público mundial es más fácil cada año. Pero también hace que sea mucho más difícil evitarlo.
Echemos un vistazo a las cifras: según McKinsey, «los flujos de datos internacionales están aumentando a un ritmo casi 50 veces superior al de la última década. Aproximadamente mil millones de usuarios de redes sociales tienen al menos una conexión internacional, mientras que 2500 millones de personas poseen cuentas de correo electrónico y cada día se intercambian 200 000 millones de correos electrónicos. Alrededor de 250 millones de personas no viven actualmente en su país natal y más de 350 millones son compradores transfronterizos de comercio electrónico».
Vamos a explicar estas cifras. Básicamente, un ingente número de personas que crece exponencialmente en todo el mundo se conecta a Internet. Esto, a su vez, les conecta con otras personas. Del mismo modo, esta conectividad en aumento permite que estos grupos dispares repartidos por todo el mundo se pongan en contacto con los negocios y compren sus productos. Tanto personas como empresas publican contenido digital, al cual puede acceder de forma instantánea el público de distintos países a través de sus pantallas táctiles. Y, así, en tan solo un clic, el creador de contenido ha entrado de lleno en la escena internacional.
Creadores de contenidos, quedáis advertidos: la escena «internacional» en la que habéis aterrizado es tan vasta y está tan poblada como su nombre indica. ¿El simple hecho de entrar en escena permite a una empresa afirmar que se ha «globalizado», según entendemos este término en 2019? Hay quienes dicen que sí y sostienen que un negocio globalizado es cualquier organización que interactúa (en cualquier medida) con el mercado internacional. Otros creen que la definición de globalización ha evolucionado con el mundo que la rodea y requiere una interacción deliberada. Por consiguiente: ¿cómo pueden las empresas garantizar que tienen un papel destacado en la escena internacional?
Hay una palabra que define la diferencia entre las empresas que tuvieron éxito en sus proyectos de globalización y las que no lo lograron: intencionalidad. En resumen: las empresas con éxito deben dar el paso intencional de comprender los matices y detalles propios de la conexión con un mercado internacional variado y multilingüe. Esto significa interiorizar tres competencias clave: una mentalidad global, un espíritu empresarial global y una ciudadanía global.
En primer lugar, hoy en día, globalizarse significa adoptar una mentalidad global. Antes de que pueda dirigirse a un público internacional, debe adaptar su estrategia en consonancia. ¿Cómo tiene previsto adaptar su estrategia empresarial en los nuevos mercados? ¿Lo sabe?
A continuación, utilice su mentalidad global para optimizar sus esfuerzos en todo el mundo. Busque nuevas formas de crear valor para su público mundial, así como la manera de obtener valor de ellos. Considérese un emprendedor mundial y utilice la creatividad para generar valor para usted y para sus nuevos clientes.
Por último, y quizá más importante, globalícese de forma intencionada convirtiéndose en un auténtico ciudadano del mundo. La «ciudadanía global» es un término cada vez más popular en nuestro lenguaje cotidiano. A medida que siguen abriéndose puertas y construyéndose puentes que conectan a las personas de todo el mundo, asumimos una nueva responsabilidad de interactuar de forma consciente y respetuosa con culturas y sociedades que no conocemos. Al reconocer la diversidad, la complejidad y los posibles desafíos asociados al hecho de dirigirse a nuevos mercados multiculturales y multilingües, las empresas pueden demostrar su deseo de ser ciudadanos realmente activos e implicados en el mercado internacional.
Por tanto, en 2019, ¿cómo puede «globalizarse» intencionadamente? ¿Cómo puede interactuar con nuevos mercados para generar reconocimiento y tener repercusión? Nos guste o no, todas las empresas modernas deben plantearse estas cuestiones.
Globalizarse puede resultar abrumador, pero no tiene por qué serlo. En Lionbridge, llevamos más de 20 años ayudando a otras empresas en su proyección global. En esta serie de 10 artículos, ofreceremos nuestra perspectiva sobre la «globalización»: qué significa, cómo realizarla y cuándo pedir ayuda.
Para conocer más consejos descargue nuestra guía con principios básicos para la globalización
Parte 3: Principios básicos de la globalización: Glosario de globalización
Parte 4: Principios básicos de la globalización: ¿Adónde dirigirse?
Parte 6: Principios básicos de la globalización: cómo optimizar su estrategia SEO
Parte 8: Principios básicos de la globalización: Cómo crear una estrategia de localización
Parte 10: Principios básicos de la globalización: las diez mejores conclusiones